viernes, 7 de octubre de 2011

Nos encontramos con el verdadero Perú

El último día en Lima fue muy agradable. Paseo por el barrio de Miraflores, zona de bienestar económico y con las mejores playas de lima y comida en un restaurante nada malo y por fin probamos el cebiche, el plato bandera de la comida peruana y que es pescado crudo como el shusi!!! Fue toda una sorpresa.






Vimos playas llenas de surfistas, aunque las olas no eran demasiado buenas y a gente haciendo parapente. Montaban a turistas y le daban un vuelo de 10 minutos, era espectacular verlos sobrevolar el océano. Vimos también 2 clubes de tenis bastante grandes, todos con un montón de pistas de tierra batida, de la gente bien de Lima.


Coches de otra época, eh?




Dejamos la bulliciosa y masificada Lima, para dirigirnos al sur de Perú, nuestra primera parada es Cañete. ¿Que hay que hacer para llegar desde Lima a Cañete? Primero tenemos que coger un autobús en la terminal de Soyuz, 25 soles por un billete "preferente" en las primeras filas del autobús. No está mal del todo, es cómodo pero creo que no conocí así de viejo niguno en autobuises Jiménez.  Dos horas y mediua de viaje, con 2 películas en las que habías tantos tiros, que casi le dan al chófer.



Estas eran las viandas que nos ofrecían a los viajeros en el autobús Soyuz.




Apenas miramos las películas, el paisaje nos absorve. Alguno de vosotros sabíais que Perú en una gran parte era casi desértico? Al este un desierto interminable con montes y cerros de bastante altura salpicados de casas o más bien cabañas o chabolas hechas de adobe o de ladrillo sin ningún tipo de revestimiento ni pintura. A nuestra derecha, al este, el inmenso océano que baña una costa de color gris, y con playas ( al menos las que vemos desde el autobús) sin arena y con mucha piedra, el paisaje es desolador.





Las poblaciones por las que pasamos son cada vez más pobres. Según nos comentaron, de los 28 millones de habitantes que arpox. tiene el país, 11 millones residen en Lima, por lo que el gobierno apenas invierte en provincias, lo que obliga a gente de la montaña y del exterior a emigrar a la capital. Un círculo vicioso.






Después de este trayecto en un "lujoso" autobús, comienza la verdadera aventura, cargados con las mochilas, tenemos que coger un combi, para ir hasta Imperial y desde allí, coger otro, para ir hasta Cañete, nuestro destino. Es increible!!! Un autentico caos, el tráfico, las paradas desordenadas, la angosto de los asientos, la cantidad de gente dentro de cada vehículo. Menos mal que entre la Lonely Planet que es como la biblia de los viajeros y lo que preguntamos a la gente de allí, sabemos lo precios de antemano y el cómo tenemos que actuar. Nos teníais que ver la cara la primera vez que entramos en una de ellas, agarrando las mochilas y agarrándonos a cualquier cosa para no movernos en las curvas. Un espectáculo.



Y en la segunda combi, cuanta gente íbamos, nada más y nada menos que 19 personas!!! Sin cinturones, ni ningún tipo de seguridad, con abuelilla con sombrero de paja y poncho y niñas con trenzas comiendo helados que derramaban por el suelo de la furgoneta al derretirse.

Llegamos por fin a Linahuaná, un pueblo muy pequeño y en el que úncamente puedes hacer Canotaje (Rafting) en e río Cañete o ir por la montaá en Cuatriotores(Quads). Nos decidimos por el canotaje, porque el río no era demasiado técnico y fue muy divertido.

En la balsa íbamos solos Adela y yo, con el guía y nos divertimos mucho, fue una hora y media de descenso por un ría caudaloso rodeado de desierto, una sensación muy extraña para nosotros que todos nuestros ríos están rodeados de verde, sobre todo en nuestra querida asturias.






Dio la casualidad, que en nuestra misma balsa, había hecho el recorrido antes Keiko Fujimori, la hija del ex-presidente de Perú y que ahora está en la cárcel. Ella se presentó a las últimas elecciones. casualidades de la vida.



Esta es la carita de una de las niñas que iba en la combi con nosotros, vaya carita eh?

Después de tanto ajetreo, la merecida cena, eso sí, a las 7 de la tarde. le pregnatmos a la dueña del ruinoso hostel en el que nos alojamos y nos recomendó ir a comer a Dña. Melchorita y fue muy divertido. Allí lo típico son los camarones de río que podéis ver en la foto, y de segundo comimos sopa seca con fideos. La comida fue excepcional.

Lo divertido fue la llegada al "restaurante", tres señoras en silencio nos esperaban al fondo del local, entramos y preguntamos si podíamos cenar, pasa un segundo, dos, tres, cuatro... y no respundían, pero podemos cenar...1,2,3, si, por fin respondieron. Siguiente pregunta: Y que tienen?, 1,2,3,4 ... tenemos pato, 1,2,3,4,5... y cuando ya nos ibaos dijo la palabra májica y CAMARONES... Es increible la pausa que se tomaban en aquel bar para todo, silencios interminables entre palabra y palabra, pero la comida muy muy rica. Ojito al detale del teco y de la decoración del local, es lo último aquí en Lunahuaná!!!



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