Dejamos atrás nuestras queridas islas Ballestas, y nos dirigimos tras un viaje en autobús de 1 hora a Huacachina. Lo único que sabíamos de esta localidad era que había una laguna y que unos describían como maravillosa y otros la describían como laguna maloliente. También sabíamos que había dunas en las que se podía practicar sandboard (snow sobre la arena).
Tras buscar hostel y el regateo correspondiente, conseguimos la habitación y el tour por las dunas a un precio más rebajado. Así pues, despues de dejar las cosas en la habitación nos dirigimos a cenar, al día siguiente iríamos a las dunas a las 10:00 am. ¿Cómo sería el tour?
La laguna era preciosa, más que una laguna parecía un oasis del los cuentos de las mil y una noches, rodeado de palmeras y de altísimas dunas de arena.
Esta laguna tiene una leyenda bastante interesante, si la queréis conocer, entrar en este enlace: http://es.wikipedia.org/wiki/Huacachina
Y esta era la piscina del hostel
Cenamos en un sitio muy agradable en las orillas de la laguna y a dormir.
Y por la mañana, al jaleo. Tras un copioso desayuno, puntuales a nuestra cita estábamos a las 09:55 esperando en la puerta del hotel cuando oimos el rugir de un motor sobrerevolucionado que se acercaba, era un buggie enorme, todo tubos y motor y que paró frente a nosotros. Las chicas se asustaron un poco. Con eso vamos a ir por las dunas?
Además en un principio, el chófer no nos dio demasiada confianza. Un señor en chándal con una camiseta azul y algo "gordito", así que las chicas lo fundieron a preguntas mientras íbamos a recoger a 4 chicas francesas con las que compartíamos el tour. Preguntas como: No correrá mucho por las dunas verdad? Usted sabrá manejar bien esto? Funcionan los cinturones? Pero de verdad, esto nos será peligroso no?
Así que el señor no pudo más y les dijo: tranquilicense, cuando estemos todos les explico lo que vamos a hacer y no se preocupen, esto es seguro y lleva más de 7 años y nunca me ha pasado nada.
Una vez estábamos los 8 pasajeros y el chófer en el buggie, comenzó la ruta. El comienzo fue brutal, nada más entrar al desierto buscaba las dunas mal altas para cogerlas de frente y subirlas. Yo iba en la primera fila y era salvaje, no veías dónde iba a parar, con mucha verticalidad de repente pegaba un giro y bajaba por donde habías subido, o al llegar a la parte más alta de la duna la otra parte era aún más vertical y aparecía en el estómago la sensación de vértigo de una caída libre. Era una auténtica montaña rusa en la arena. Imaginaros a 7 chicas chillando en cada curva o en cada salto, muy divertido.
Después de este tremendo comienzo, paramos para ver el paisaje y hacer fotos divertidas como esta. Y después al sandboard, muy divertido, delas 4 dunas que bajamos sólo una la hicimos de pié, el resto tumbados boca abajo en la tabla de snow.
Las dos última tenían 300 metros de altura y bajarlas fue una pasada.
Despues de la ruta con "sonrisas " así se hacía llamar el chofer, cervecita relajada en el oasis montados en una barca de remos.
Después de todo esto, una comida típica a base de arroz y pechugas. Este plato de aquí es arroz chaufa.
No hay más fotos de las dunas porque temíamos estropear las cámaras, una pena.
Adela! Agarra el tenedor con la mano que tiene que ser :)
ResponderEliminarMuy bueno Roi, estás en todo
ResponderEliminarPor cierto muchas gracias a todos los que os interesáis por nuestras peripecias en el blog. No sabéis cuanto lo agradecemos. Hace que todos estéis más cerca.
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