Dejamos a Melchorita con sus Camarones pra dirigirnos a Chincha, pero antes visitamos una bodega muy típica de allí, que elaboran los vinos de forma totalmente artesanal, siguen pisando toda la uva u no añaden nada al vino. los sabores eran muy diferentes, el vino "tinto" era todo de Borgoña, y no se parecía en nada a nuestro querido Rioja. era muy muy dulce, casi parecía moscatel, pero la verdad es que era muy rico. También elaboraban Pisco. Estas son algunas fotos de la mini bodega:
Para llegar a la bodega, teníamos que probar un nuevo medio de transporte, el "motocarro". Son iguales a los que vemos en las películas y documentales de Shangai, tres ruedas, un motros, decoración horteray hala, a intentar engañas a los "gringos"!!!
Todos a Chincha, no merecía la pena, ciudad de casi 200.000 habitantes, pero pobre de solemnidad, de allí fuimos a El Carmen, que en teoría era un barrio con mucho ambiente afro-peruano, pero que en la realidad era una plaza de un pueblo semidesabitado. Todo esto es debide al fuerte terremoto que sufrieron en 2007 y del que todavía, en etas zonas más pobres no se han recuperado.
Mereció la pena acercarse porque así hemos visto parte de la verdadera cara menos turística de Perú. Calles sin asfaltar, los niños que no van al colegio, coches viejísimos, todo el mundo desplazándose en estas combis porque es la única manera que tienen que hacerlo, incluso coincidimos con una señora que iba a rehabilitación y tenía que ir apretujada entre los asientos.
Pero no todo tenía que ser así, el siguiente destino, Paracas, ya fue otra cosa, fue alucinante. Pero lo tendréis que ver en la siguiente entrada...
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