Hemos visitado parte de los monumentos más representativos de la ciudad, la Plaza de Armas, la plaza de San Martín, la Catedral, el Parlamento ( todavía no hemos visitado el de España y ya hemos estado en el hemiciclo de Perú).
Hemos probado ya algunos de los platos típicos, el Aji de gallina por ejemplo es exquisito y lo comimos tomando una bebida hecha a base de maiz morado, canela, clavo y limón, muy rica, pero muy diferente. Estamos descubriendo una nueva gastronomía. Es un país barato, pero no tanto como pensábamos, comimos el menú con postre incluido por 30 soles,que más o menos 9 euros.
En Lima no hay metro, pero hay un eje norte-sur, unido porunos autobuses que funcionan realmente bien, ya que en lo que sería la mediana de las grandes avenidas, tienen carriles propios en los que sólo circulan ellos. Por lo que se va bastante rápido.
Lo que realmente llama la atención son los autobuses de todo tipo y condición, tamaño y antigüedad que circulan por las calles limeñas. Las típicas guaguas que todos tenemos en nuestra imaginación, los autobuses amarillos escolares de los EEUU muy my viejos y llenos de gente... Todos estos autobuses no tienen líneas definidas, parece que los rige un caos imposible de entender para nuestra mentalidad europea, pero no, ellos se colocan en cualquier lugar de la acera, y en la puerta abierta del autobús, un hombre lleva un cartel con los destinos o va gritando a viva voz a dónde se dirige. Paran en cualquier sitio, no hay paradas, cada esquina se convierte en una. Es una locura.
Mañana os contaré cómo funcionan los taxis.
Como continuamos con un ordenador lento, voy a intentar hacer las fotos con menos calidad, para ver si así pudo ilustrar el blog con alguna foto, hay algunas muy chulas.
Esta es una foto improvisada del patio del hostel.
Un abrazo para todos, y hoy nos vemos con Clara, una amiga que está aquí en Lima colaborando con una ONG.
Nos vemos...
